Las setas silvestres no solo son un delicioso manjar, sino que también son una fuente poderosa de nutrientes esenciales que contribuyen a mejorar significativamente nuestra salud. En Freshdor somos expertos en la materia y hoy te contamos cuáles son los beneficios de las setas silvestres, ¡Inclúyelas en tu dieta! Son deliciosas y cuentan con muchas propiedades.
Las setas silvestres crecen de forma natural en los bosques y las praderas y han sido utilizadas durante siglos en diversas culturas por sus propiedades medicinales y su valor nutricional. Pero, ¿Cuáles son los beneficios de las setas silvestres? ¿Por qué es recomendable incluirlas en tu dieta?
Antes de hablarte de los beneficios de las setas silvestres, queremos contarte que, en Freshdor, puedes encontrar distintos tipos como niscalo, rebozuelo, oreja de Judas, boletus edulis, angula de monte, trompeta negra, senderilla y lengua de vaca. Son muy versátiles y fáciles de incluir en tu día a día, en deliciosos arroces, pastas, ensaladas y guisos más elaborados. Todas estas setas cuentan con propiedades únicas que aportan grandes beneficios para la salud.
Uno de los beneficios de las setas silvestres es que son una fuente excelente de vitaminas y minerales esenciales. Entre los nutrientes más destacados de los distintos tipos de setas silvestres se encuentran las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B5) y vitamina D; además, son ricas potasio y selenio. Estos micronutrientes desempeñan roles cruciales en el metabolismo, el funcionamiento del sistema nervioso y la salud ósea.
Por ejemplo, las vitaminas del grupo B son esenciales para la producción de energía y el funcionamiento del sistema nervioso. Si nos centramos en la vitamina B2 (riboflavina), te contamos que esta es fundamental para la producción de glóbulos rojos y el adecuado mantenimiento de la piel y los ojos. Por su parte, la vitamina D es crucial para la salud de los huesos porque ayuda a la absorción del calcio. Te sorprenderá saber que las setas silvestres son una de las pocas fuentes no animales de vitamina D; por eso son muy valiosas para las personas que siguen dietas vegetarianas o veganas.
Las setas silvestres son ricas en antioxidantes, presentes en el selenio, la ergotioneina y la glutatión. Estos compuestos contribuyen a la protección de las células del daño ocasionado por los radicales libres, cosa que reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer y patologías cardiovasculares.
En este sentido, el selenio es un mineral, pero también es un poderoso antioxidante que juega un papel importante en la función del sistema inmunitario. Por otra parte, la ergotioneina y el glutatión son antioxidantes únicos presentes en las setas que ayudan a proteger el ADN y a las proteínas de las células del daño oxidativo. Esto promueve la longevidad y la salud celular.
Las setas silvestres tienen propiedades antiinflamatorias, pues contienen compuestos como los polisacáridos y los betaglucanos. Estos elementos contribuyen a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis. Sin duda alguna, los beneficios de las setas silvestres para la salud son múltiples y, cuando se trata de incorporar alimentos antiinflamatorios, las setas son una gran alternativa.
Consumir setas silvestres de forma regular es una buena forma de mejorar la función inmunológica. Los betaglucanos, presentes en este delicioso alimento, sirven para estimular la actividad de las células del sistema inmunitario, cosa que mejora la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades e infecciones. Incluso, son ideales para prevenir los resfriados y gripes. El consumo regular de setas silvestres puede mejorar la función inmunológica.
Para las personas que tienen problemas digestivos y estomacales, nada como las setas silvestres. Y es que este alimento es una excelente fuente de fibra dietética, cosa que promueve una digestión saludable, a la vez que previene problemas como el estreñimiento. Por otra parte, queremos destacar que algunos tipos de setas silvestres son ricos en prebióticos. Estos compuestos sirven para alimentar a las bacterias que son buenas para el intestino, a la vez que promueven la microbiota intestinal equilibrada.