En los últimos tiempos, la gente se implica cada vez más en su alimentación para asegurarse de que lleva un estilo de vida más saludable, y eso significa elegir el tipo de comida adecuado. En este sentido, la comida orgánica ha ido cobrando cada vez mayor relevancia, y cada vez es más común encontrar la etiqueta «ECO» o «BIO» en los alimentos. Los nuestros no son una excepción, así que hoy vamos a explicaros en qué se diferencian nuestros productos BIO de los habituales.
Antes de exponer en qué se diferencian nuestros productos BIO de los habituales, debemos aclarar los conceptos para poder comprender de qué estamos hablando exactamente para evitar confusiones.
En lo que a etiquetado alimenticio respecta, Orgánico, Eco y Ecológico son sinónimos de BIO. Es decir, las tres palabras –BIO, ECO y Orgánico- significan exactamente lo mismo y se definen, según el diccionario como aquella materia prima producida sin el uso de fertilizantes químicos, pesticidas u otros productos químicos artificiales. Es decir, por medio de lo que se conoce como «agricultura ecológica», que emplea en su producción recursos biológicos sostenibles.
Por el contrario, las frutas y verduras «no ecológicas» (que son las que se encuentran en mayor cantidad en las tiendas y supermercados convencionales, son las que no proceden de la agricultura ecológica, y que se cultivan a gran escala empleando fertilizantes y pesticidas de origen químico. En algunos casos, aunque no es lo habitual, también puede hacer referencia a alimentos modificados genéticamente para potenciar su tamaño o su sabor.
A nivel de aspecto, hay algunas diferencias básicas entre las setas, frutas y verduras ecológicas y las no ecológicas. Para empezar, el tamaño, el color y la forma son diferentes. Los productos BIO muestran formas más irregulares y se diferencian más unos de otros (aunque sean de la misma cosecha), y los colores también son más naturales. Además, suelen ser más pequeños que nuestros productos habituales, ya que no reciben fertilizantes artificiales potentes que impulsen su crecimiento.
Según los análisis científicos, los alimentos BIO tienen más compuestos antioxidantes y bajos niveles de metales tóxicos y pesticidas, pero ello no implica que las frutas y verduras «normales» no tengan antioxidantes: simplemente, las BIO los conservan mejor.
La agricultura orgánica sin fertilizantes ni pesticidas artificiales es más laboriosa y compleja, además de que suele producir menos cosechas, ya que son más susceptibles a las enfermedades y al daño de las plagas. Por esta razón, se paga más por los productos ecológicos que por sus homólogos no ecológicos.
La verdadera diferencia entre los dos tipos de fruta y verdura es el uso de fertilizantes químicos y pesticidas o no. En la gama «no ecológica» sí se emplean estos productos químicos (que son completamente inofensivos, debidamente testados y diseñados específicamente para este tipo de usos), pero el proceso que siguen los productos orgánicos es diferente.
Nuestros alimentos BIO se someten a un proceso de cultivo intenso y completamente natural, utilizando lombrices e insectos como fuente de pesticidas para evitar cualquier enfermedad o daño al cultivo; también se utiliza estiércol y excrementos de vaca como fertilizantes para que no haya productos químicos en el proceso de cultivo.
La respuesta es sencilla: a nivel nutricional, no. No hay ninguna investigación que demuestre que los alimentos BIO sean de mejor calidad que los no BIO, y no hay ninguna diferencia en el valor nutritivo de ambas categorías. Hay cierto debate en torno al mejor sabor de los productos BIO, pero no hay pruebas científicas al respecto, así que todo queda en una cuestión de gusto.
La forma de cultivo y su mayor o menor incidencia en el medio ambiente no provoca cambios en el producto final, así que ambas opciones tienen los mismos beneficios nutritivos, salvo por la ya mencionada mayor cantidad de antioxidantes de los BIO (que no implica que los no-BIO no los tengan, como ya se ha explicado).
Por ello, tanto si eliges nuestros productos BIO como si no, te estarás llevando a tu mesa la mejor calidad y el mejor sabor, con la única diferencia de que, si compras BIO, contribuirás, además, a la preservación del medioambiente.